Los colchones de espuma con memoria a base de soja o los colchones de espuma a base de plantas están de moda en estos días.
Pero, ¿de qué se tratan estos "colchones a base soja"? Es hora de analizarlos.
Sólo el 5-20% del colchón se compone realmente de ingredientes a base de plantas como la soja. Esto significa que más del 80% sigue siendo fabricado con productos químicos derivados del petróleo. ¡Qué desagradable!
Esto estaría bien si las compañías los comercializaran como colchones ecológicos que contienen un determinado porcentaje de soja. Sin embargo, las compañías engañan a los consumidores, y llaman a sus productos colchones de espuma con memoria a base de soja o colchones de origen vegetal y afirman que son saludables.
Engañar al público para que piense que los productos son verdes, naturales o ecológicos se denomina "green washing" (lavado verde). Estas afirmaciones no se controlan.
Existen colchones de espuma con memoria naturales y somos los únicos que los fabrican. Están hechos de la savia del árbol de caucho, NO DE químicos a base del petróleo.
Poner soja en un colchón aporta muy pocos beneficios.
De hecho, la compañía detrás de los ingredientes a base de soja, llamada BiOH® polyols, es Cargill.
Cargill es ampliamente conocida por violar los derechos ambientales y humanos, y se colocó en el segundo puesto de la lista Toxic 10 de Upstart, que enumera a las empresas corporativas norteamericanas más contaminantes.
Cargill también es la compañía procesadora y vendedora de soja más grande del mundo. Sus ingredientes a base de soja también son modificados genéticamente. Los alimentos modificados genéticamente todavía están prohibidos en Europa y más de 40 países ahora exigen que sean etiquetados como OGM. EE. UU. y Canadá no están entre ellos.
Por fabricar 100.000 colchones con espuma a base de soja, se ahorran 3.800 barriles de petróleo. Uno creería que esto se traduciría en un ahorro considerable para los consumidores, ¿no? No. Los colchones de espuma con memoria a base de soja o los colchones de espuma ecológicos en realidad son más caros que los de espuma de memoria normal a pesar de que cuesta menos producirlos. Las empresas los cobran más caros debido a que pueden utilizar las características "ecológicas" para promocionarlos.
Sustituir una parte de los productos químicos en la espuma hace que sea un 5-20% más saludable. ¿Es suficiente un 5-20%?
No. La expansión de las plantaciones de soja en países como Brasil y Argentina significa que se están cortando y quemando bosques tropicales enteros, eliminando hábitats cruciales para muchas especies vegetales y animales. Cada día, se talan 86.400 campos de fútbol de bosque para hacer lugar principalmente para el ganado, la soja, la palma y el maíz.
La soja genéticamente modificada representa el 93% de toda la soja cultivada en los Estados Unidos desde 2010.
Las personas que han comprado colchones de espuma con memoria de soja están sintiendo olores fuertes a químicos, mal olor o liberación de gases. La soja no produce este olor; el olor proviene de los productos químicos fuertes que se utilizan para hacer estas espumas sintéticas. A menudo, se añaden hojas de té verde o perfumes industriales para tratar de ocultar el olor.
Los colchones de espuma con memoria a base de soja a menudo se envuelven en tela de bambú. El porcentaje de bambú es de entre 20 y 60%.
Lo suponías. Las telas de bambú están lejos de ser ecológicas. El producto final se considera artificial, por lo que no es biodegradable.
De acuerdo con la Asociación de Comercio Orgánico (OTA), "el bambú puede ser una fuente más ecológica de materia prima para la producción de rayón. El rayón propiamente dicho no se distingue del rayón producido a partir de cualquier otra materia prima, y utiliza una gran cantidad de productos químicos tóxicos en el proceso. Así, mientras que el propio bambú se puede considerar ecológico, la producción de rayón no lo es, y no se debería engañar al público para que piense que la fibra derivada del bambú puede ser considerada "natural" cuando es claramente sintética. También hay un montón de ideas equivocadas sobre la etiqueta "natural", en relación a los alimentos o productos textiles".
Los colchones de espuma con memoria a base de soja se han visto en QVC en los EE. UU. y en The Shopping Channel en Canadá. Muchas marcas venden colchones de espuma con memoria a base de soja. Es probable que tu tienda local probablemente tenga una marca de espuma con memoria ecológica. También pueden comercializarse como colchón a base de plantas, colchón de espuma ecológico o colchón de espuma con memoria ecológico.
La industria de la espuma es muy pequeña. Hay solo un puñado de empresas en los EE. UU. que fabrican espumas de poliuretano y espuma con memoria. Casi todas las empresas de colchones le compran a uno de estos fabricantes o importan espuma de Europa o China. El resto es marketing.
Si has llegado hasta aquí, bien hecho. Ahora tienes un poco más de recursos para cuando los vendedores de colchones te digan: "Es un colchón de espuma con memoria a base de plantas". Si quieres lo que realmente es bueno, échale un vistazo a nuestros colchones de espuma con memoria naturales.
A partir de 2007, todos los colchones deben contener suficientes retardantes de fuego para soportar la llama de 2 pies de ancho de un soplete durante 70 segundos.
Casi el 92% del mercado, o la mayoría de las principales marcas de productos para el sueño, utiliza un retardante de fuego muy controvertido debido a su buena rentabilidad.
Essentia ha decidido incorporar un retardante de fuego de mejor calidad en sus colchones.
Mediante el uso de Kevlar, el mismo tejido que se utiliza en los chalecos antibalas, los colchones orgánicos y los colchones de cuna orgánicos de Essentia brindan los mismos estándares de seguridad que otras marcas de colchones pero sin afectar la integridad de nuestros productos o nuestro compromiso de darte una noche de descanso más saludable.
Los retardantes de fuego son frecuentes en un montón de productos comunes para el hogar y los puedes encontrar en almohadas, sofás, ropa de niños, alfombras, computadoras y juguetes para bebés.
Estos productos químicos traspasan las cubiertas de los colchones y se absorben a través de la piel.
La exposición crónica a estos productos químicos hace que se acumulen en el cuerpo y estén presentes en:
La Comisión de Seguridad de Productos del Consumidor de EE. UU. (CPSC, por sus siglas en inglés) aprobó una regulación federal del 2006 (16 CFR 1640) para la aplicación de una norma nacional exigente para que los colchones sean ignífugos. Esta norma exige que todos los colchones nuevos deben ser capaces de soportar una prueba en la que se aplica una llama de dos pies de ancho de un soplete durante 70 segundos.
La regulación nacional de ignifugación para colchones ha estado en vigor en California desde el 01/01/05 y ahora tiene vigencia a nivel nacional. Todos los colchones, sofás cama, futones, cunas y camas plegables se incluyen en la normativa.
Se utilizan productos químicos en la fabricación de los retardantes de fuego. La CPSC ha concluido que el nivel de exposición es seguro, pero la Agencia de Protección Ambiental (EPA) no está de acuerdo. Según la EPA, el porcentaje de antimonio presente en la mayoría de los retardantes de fuego es 27,5 veces mayor que el porcentaje recomendado.
http://www.epa.gov/iris/subst/0006.htm
A pesar de que la nueva regulación tiene como finalidad proporcionar seguridad en contra de incendios, esta ha producido un nuevo riesgo de salud debido al uso de los compuestos químicos peligrosos que la mayoría de los retardantes de fuego contiene. La mayoría de las principales marcas de colchones tratan sus productos para el sueño con retardantes de fuego peligrosos a fin de conseguir esta propiedad ignífuga que es necesaria para que los colchones resistan la prueba de una llama de dos pies de ancho aplicada con un soplete.
La normativa no exige la inclusión de una etiqueta que enumere las sustancias químicas que se utilizan para lograr que los productos sean a prueba de fuego; los fabricantes pueden utilizar cualquier sustancia química, incluso aquellas que todavía no se han probado para determinar si producen efectos secundarios peligrosos.
Irónicamente, la regulación nacional les permite a los médicos, e incluso a los quiroprácticos, prescribirle a sus pacientes colchones que no contengan retardantes de fuego si llegan a la conclusión de que los riesgos a la salud que presentan los retardantes de fuego tóxicos podrían interferir con su bienestar.
Lista de productos químicos que contienen los colchones a prueba de incendios:
http://www.peopleforcleanbeds.org/material_safety_data_sheets.htm
Los pegamentos utilizados en colchones también son otro peligro presente en la mayoría de los colchones de resortes o de espuma con memoria.
